He leído con atención y con
cierta estupefacción el proyecto de movilidad que la concejala del ramo, Esther
Díez, ha presentado esta semana en relación a unos metros de carril bici en
distintos segmentos de la ciudad. Tratando de verlo desde distintas ópticas
sólo me encaja una, la moda de hacer
algo aparentemente popular pero carente de sentido práctico. Tampoco me parece
nada útil el anillo sur que presentó ayer el concejal Héctor Díez, ningún
ciclista va a circunvalar Elche para ir al Aljub, los ciclistas van en línea
recta, no son coches que puedan tomar una vía lejana para llegar sin tráfico a
un destino.
Debo dejar patente que servidor
es un asiduo usuario de la bicicleta como medio de desplazamiento y un férreo
defensor de su uso como transporte alternativo, y sólo por esa razón me
incomodan profundamente este tipo de parches. Dejando a un lado el gasto
económico presupuestado, cerca de los 50 mil euros para unos carriles
provisionales y 300 mil para el anillo sur, y los tramos elegidos para
desarrollarlo, creo que lo que pretende la concejala es inoperante, inapropiado
e innecesario. Vertebrar y conectar
completamente todo nuestro territorio a través de carrilles bici es imposible y
crear segmentos que no conducen a ninguna parte, como hacer 100 metros, es
restar inútilmente plazas de aparcamiento, entorpecer el tráfico y es hasta
peligroso para el ciclista a la hora de reincoporarse a la vía. Yo quiero poder
desplazarme completamente de un punto a otro en bicicleta por Elche y su
término municipal y eso no se logra con pequeños
tramos de carriles bici sino con algo más que eso.
Si pretendemos que la gente opte
por la bicicleta en lugar de coger el coche sólo se puede conseguir a través de
la concienciación para la convivencia entre bicicletas y vehículos motorizados
en la ciudad, que es cada día mayor, y una limpieza y adecuación de arcenes en
nuestro término municipal. Pero la realidad es que, si bien la educación cívica
ha hecho posible esa convivencia, la parte política no ha hecho adecuadamente
sus deberes o no ha sabido entender el mensaje. A día de hoy en Elche no se
puede ir con seguridad en bici a ningún punto de nuestro término municipal, ni
al Parque Empresarial, n a las playas ni a las pedanías... Carreteras sin arcén,
tramos cortados, zonas peligrosas… Ahí es donde la concejala tendría que
invertir ese dinero.
Sirva como ejemplo el ir a la
playa de Los Arenales del Sol en bicicleta, algo que dada la orografía, la
distancia y el clima benigno que nos acompaña debería ser sencillo. Pues bien,
tras décadas de clamor popular no hay forma alguna de que el Ayuntamiento haga
una arcén en esa carretera de titularidad municipal, por lo cual el peligro
para el ciclista es evidente, una vez se llega al Bardalet, finaliza la
carretera municipal y comienza una vía autonómica que dispone de un kilómetro y
medio de espectacular carril bici en su parte izquierda, con lo cual el
ciclista debe cruzar la vía para incorporarse y volverla a cruzar para retornar
a la derecha tras los 1500 metros de carril, lo cual es peligroso y se pierde
el tiempo dado que hay que esperar a que pase todo el tráfico para
reincorporarse a la vía. Este claro ejemplo de inoperancia refleja claramente un hecho anclado en la
política de nuestro país: que los que establecen los parámetros y las
ejecuciones no han tenido una experiencia previa para comprobar la utilidad de
sus acciones. Ningún ciclista con sentido común se atrevería a circular por el
retorcido carril ciclista de la zona de Candalix o ir a Alicante por el carril
bici que se corta hasta en 7 ocasiones, por poner dos ejemplos más.
Ignoro si la concejala Esther
Díez se ha desplazado alguna vez en bicicleta a la playa o a las pedanías, pero
le recomiendo encarecidamente que tenga la experiencia completa en lugar de
circular unos metros, cámara en mano, por la avenida del Ferrocarril.
CARLOS SAN JOSÉ
Presidente de CONTIGO Elche